El sacerdote Marcelo Pérez Pérez, párroco de Simojovel-Chiapas y coordinador de la pastoral social de las diócesis de San Cristóbal, así como su familia y sus fieles miembros del Consejo Parroquial de San Antonio de Padua, han recibido amenazas de muerte por miembros del crimen organizado, presuntamente del Cartel Jalisco Nueva Generación (CJNG).
Las amenazas se llevaron a cabo mediante llamadas telefónicas en las que se pedía al sacerdote alinearse y reconocer al grupo criminal como «dueño» del territorio, a cambio de mantener paz en la zona.
En areas bajo el control de grupos criminales, representantes o líderes religiosos son uno de los principales targets debido a que sus actividades van en contra de la lógica criminal. Ya sea que se rehúsen a seguir el «orden» instaurado por estos grupos o motiven a otros a negarse en base a su fe, se sitúan en una especial posicición de vulnerabilidad y sometidos a todo tipo de represalias.