El pasado 10 de febrero, la Sala Penal Uno del Tribunal de Apelaciones de Managua resolvió condenar a Monseñor Rolando Álvarez Lagos por los delitos de i) Menoscabo a la integridad nacional, ii) Propagación de noticias falsas a través de las tecnologías de la información y la comunicación, iii) Obstrucción de funciones agravada y iv) Desobediencia o desacato a la autoridad, en perjuicio de la sociedad nicaraguense y el estado de la República. La sentencia por la totalidad de delitos establece 26 años y 04 meses de prisión efectiva, además de la pérdida de la nacionalidad nicaragüense y la suspensión de sus derechos ciudadanos de por vida.
Sólo unos días antes, Monseñor Álvarez, quien permanecía en prisión domiciliaria, se negó a ser deportado junto con 222 prisioneros hacia Estados Unidos. Poco después de su negativa, fue trasladado a la cárcel de máxima seguridad «El Chipote».
Además de Monseñor Álvarez, el padre Oscar Danilo Benavidez, párroco de Mulukukú, los presbíteros Ramiro Tijerino, rector de la Universidad Juan Pablo II, José Díaz y Sadiel Eugarrios, primer y segundo vicario de la catedral de Matagalpa, fueron condenados a 10 años de cárcel por el delito de conspiración. También fueron inhabilitados a perpetuidad de sus derechos ciudadanos para competir por cargos públicos o de elección popular. Los 4 sacerdortes formaron parte del grupo de 222 excarcelados desterrados del país.
Frente a estos hechos, diveras organizaciones de la sociedad civil, así como grupos y comunidades religiosas, tanto a nivel nacional como internacional han dado muestras de solidaridad y han expresado su preocupación por la grave violación de los derechos de los miembros de la Iglesia Católica en Nicaragua.
Imagen: Canal Católico de Nicaragua
