En divesos estados de México son cada vez más comunes los robos a los templos de culto. A pesar de las denuncias, las investigaciones no prosperan y es difícil recuperar los objetos sustraídos. En algunos casos, ante el desinterés de las autoridades, los líderes religiosos ya no denuncian los hechos.
En lo que va del año, en la capilla del Señor de la Cosecha (Jiutepec-Morelos) ladrones sustrajeron objetos de alto valor religioso, como el copón de bronce que contenía el Santísimo. En la Iglesia de la Divina Providencia (Nezahualcóyotl-Estado de México), el sacerdote a cargo encontró las alcancías forzadas. En la misión parroquial de Nuestra Señora de Guadalupe (Agua Fría-Nuevo León), los ladrones ingresaron, causaron destrozos y no sólo llevaron consigo equipos de la oficina parroquial, sino que también profanaron el templo al intentar robar la cúpula del sagrario. Por su parte, el vocero de la Arquidiócesis de San Luís Potosí ha señalado que templos ubicados en el Centro Histórico han sufrido una racha de vandalismo. En uno de los incidentes, un sacerdote fue herido en la cabeza.
Esta situación además de causar daños patrimoniales, pone en riesgo la integridad de los líderes religiosos y la comunidad religiosa asistente, pero sobre todo influye en el grado de concurrencia a los templos ya que los líderes a cargo se ven obligados a modificar horarios y/o el tiempo de duración de ciertas actividades a fin de minimizar los riesgos. Todo ello obstaculiza la libre vivencia de la fe y en consecuencia el libre ejercicio del derecho a la libertad religiosa, en su dimensión personal y colectiva.
Imagen: Consejo Diocesano de Laicos Morelos
